martes, 24 de febrero de 2015

La profundidad de campo

¿Qué es la profundidad de campo? Explicada sencillamente, la profundidad de campo es la zona de la imagen que está nítida o bien enfocada, en contraste con otras zonas de menor enfoque. Como bien sabes, en cualquier encuadre el objetivo puede enfocar únicamente un punto, no varios. Eso sí, ese punto enfocado puede ser amplio o reducido, según nosotros queramos y según nos permitan las capacidades de nuestro objetivo. La zona de la imagen que aparecerá nítida y estará bien enfocada determinará nuestra profundidad de campo. Para explicar mejor este concepto añado un pequeño gráfico, simple y fácil.
A la izquierda puedes ver que se consigue una gran profundidad de campo, de modo que la cámara enfoca una amplia distancia, prácticamente desde los 5 hasta los 15 metros (por ejemplo). En cambio, en la parte derecha se reduce muchísimo la profundidad de campo, o sea, la zona bajo enfoque, de modo que en la foto saldrá todo desenfocado excepto lo que haya entre el 9 y el 11 en este caso. ¿Cómo controlar la profundidad de campo? Sólo hay una manera real de controlar la profundidad de campo: controlando la apertura (diafragma) del objetivo. Seleccionando una apertura pequeña (valor f/ alto) obtenemos una distancia focal muy grande y una amplísima zona enfocada. En cambio, si elegimos una apertura grande (valor f/ muy bajo) conseguiremos una zona de enfoque más pequeña y precisa y por lo tanto una profundidad de campo pequeña. En las cámaras réflex la única manera de poder controlar la apertura es mediante los modos manuales y semimanuales. ¿Cómo aplicar esto en la vida real? Explicaré ejemplos prácticos en los que la profundidad de campo juega un papel esencial. Profundidad de campo grande: se suele utilizar generalmente en situaciones en que queremos que todo aparezca enfocado, por ejemplo fotografía de naturaleza, paisajes, montañas, etc. Profundidad de campo pequeña: Se utiliza en situaciones en que nos interesa captar la atención del espectador y centrarla en un punto concreto, por ejemplo para darle protagonismo al sujeto de un retrato, o para destacar un objeto entre varios. También se suelen usar pequeñas profundidades de campo en la fotografía Macro en la que, al igual que en los retratos, nos interesa realzar un determinado espacio u objeto.

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